miércoles, 28 de octubre de 2009

CUANDO ESTE HUESPED SE PRESENTA

CUANDO ESTE HUÉSPED SE PRESENTA

Cuenta una historia, que estando el profeta Elías exiliado, comenzó a notar que su corazón se conmovía ante la presencia de la mujer que desde su llegada lo había albergado.

Se estaba enamorando.

Esto le provoco una crisis en su interior, ya que entendía que aquella situación le impediría cumplir con su misión ante Dios.

Es por ello que repetidamente le suplicaba a su Señor que le quitara aquel sentimiento de su corazón. Incluso llegaba a flagelarse buscando la forma de auto dominar sus pensamientos.

Elías insistió mucho con su plegaria:

- Llévame de regreso a la tierra de Israel, señor. –decía-. ¡Mi corazón ya esta preso en este lugar, pero mi cuerpo aun puede seguir viaje!

En ese momento apareció su ángel custodio, quien le contesto de la siguiente manera:

- El señor escucha las plegarias de los que piden para olvidar el odio. Pero esta sordo para los que quieren huir del amor.

Son muy habituales los momentos en los que queremos huir del amor o no reconocer que su existencia nos ha llegado y esta transformando nuestra realidad.

Muchas personas dicen: “yo no me enamoro mas”, “no voy a pensar mas”, “yo no quiero saber mas nada”, y un sin número mas de frases celebres que se usan para auto convencerse y huir.

Sin embargo, no sé quien nos dijo que podemos triunfar ante la llegada de este huésped muchas veces inoportuno e inesperado.

Sucede que la llegada de este visitante puede tomarnos en distintos momentos.

Con todas las habitaciones ocupadas y sin intenciones de recibir a nadie.

Con todas las habitaciones ocupadas y sin embargo seducidos por esta presencia inoportuna.

Con lugar para recibirlo pero sin ganas de darle lugar.

O, en el mejor de los casos, con lugar y ganas. Caso en el que no hay nada de que quejarse, salvo idiotas histerias.

Pero más allá de estas ejemplificaciones, (a las cuales podríamos agregarles otras tantas), y que tratan de graficar distintos estados en nuestras vidas, el hecho concreto es la llegada de este intruso llamado amor. Su presencia indiscutible.

Siempre he creído que es tan difícil revivir un sentimiento que ha muerto, como calmar un sentimiento que ha comenzado a crecer.

Autoritario, tirano, inoportuno, atemporal, imprevisto. El amor siempre actúa como una fuerza independiente de nosotros. Nos inicia un incendio que cuanto más demoramos en apagar, más difícil se vuelve de controlar.

Quizás haya situaciones en las que esta fuerza deba ser rechazada, pero me pregunto si cuando ese nuevo amor es una fuerza verdadera puede ser repelido por nuestra voluntad.

En todo caso huir no parece una buena solución. Menos aun cuando se hace por miedo o por presentir que se va a sufrir mas de lo que se va a gozar.

Porque es cierto que como dice la canción: “no se puede vivir del amor”, pero también es cierto que la vida nos enseña que sin amor tampoco es posible vivir.

Porque transitar este camino de la vida sin amor, es caminar por un campo florido con los sentidos anulados, escuchando siempre los relatos ajenos de quienes ven, huelen, gustan, oyen y sienten en todo su cuerpo lo bello y lo áspero que el paisaje pueda tener.

DIEGO DOBLER

martes, 6 de octubre de 2009

12 DE OCTUBRE

12 DE OCTUBRE

Para hacer un comentario acerca del 12 de octubre quisiera dejar de lado la palabra descubrimiento, ya que me parece demasiado parcial y por lo tanto con cierta carencia de verdad.

Si desearía incluir palabras como conquista que según el diccionario es obtener o lograr algo por medio de las armas e invasión que según la misma fuente es entrar por la fuerza a algún sitio y ejercer injustificadamente funciones ajenas.

Luego de estas pequeñas licencias que pretendo obtener me animo a exponer lo siguiente:

Cuando Colon invadió América accidentalmente, dado que su idea era llegar a las indias, encontró poblaciones de seres humanos a los que dada su desorientación geográfica antes mencionada denomino indios. Maravillado por lo que hallo, recogió toda clase de souvenirs (nativos incluidos) para llevar en su viaje de vuelta.

Inmediatamente el imperio español se puso en marcha para conquistar esas tierras a las que bendeciría con la cruz si no querían caer claro bajo la espada.

Para esto tuvo que imponer una civilización sobre otras y rescatar así de la ignorancia a pueblos como los mayas, aztecas o incas cuya ciencia aun es inexplicable para los cráneos actuales.

Por todo esto me detengo un instante y a estas alturas de la historia hace rato que miro a mis libros de primaria medio de reojo y con el seño fruncido ya que nada de lo que me contaron parece hallar eco en la realidad.

DIEGO DOBLER