jueves, 27 de enero de 2011

INSTANTANEA

La tarde inunda la plaza de solitarios
Que después de su trabajo evitan llegar a casa
Para no encontrar allí la soledad
Y retrasar la angustia

En la misma plazas dos soledades se hallan
Después de tantos años y tantas batallas; perdidas y ganadas
Se abrazan y se funden, vuelven hacer las mismas promesas
Que ya han hecho antes, que aun no pudieron cumplir

Alejados de los faroles se hallan los niños jóvenes
Probando besos, estrenando calores
Se besan y abrazan y se juran primeros amores
Que un dia serán recuerdos de desilusiones

Todo ocurre al instante en la misma plaza
Mientras indiferentes pasan los autos, como manadas
Ignorando cada historia que vive allí
Y que morirá allí mismo o en alguna cama

Soledades, amores, vidas y muertes
La vida en torbellino asesina penas y angustias
Da esperanza y quita una espina aquí y otra alla
Redistribuyendo la miel de la felicidad

Todos en la misma ruleta victimas de un tirador ciego
Que ignora dolores y sueños
Que sonríe burlon sin culpas, que actua en un instante
Dejando viva la vida, haciendo utópico un sueño
Y sembrando el sendero de trampas

DIEGO DOBLER

sábado, 15 de enero de 2011

HISTORIA SIMPLE II

Luego de la naturalidad.

Luego de lo simple

Luego del último suspiro.

Cuando el sudor se enfriaba contra el viento del ventilador, ella se paro y comenzó a preparar su partida.

Los dos temían las voces de los fantasmas de siempre

Los que decían que había que evitar aquello, no caer en lo otro.

Pero por una vez los desoyeron.

Después de todo la vida y sus desencuentros se había ocupado de mantenerlos alejados mucho tiempo.

No estaba mal aquella revancha, sentirse vivo nunca puede estar mal.

Continuó el silencio por unos segundos entre ambos.

Luego empezaron las palabras. Ambos temían lo que sucedería cuando las hormonas volvieran a su lugar y la vida se presentara nuevamente en sus pensamientos.

Pero los fantasmas guardarían silencio esta vez.

Todo había sido tan natural, como si unos ángeles custodiaran el momento y guiaran cada movimiento de él y cada beso de ella.

Y el silencio de aquellos miedos los fue tranquilizando.

Quizá nadie lo entienda, mejor no lo digamos.

El apagó las siguientes palabras con otro beso.

No digas nada, no hace falta. Tampoco digas adiós, sabes que nos es imposible despedirnos…
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A veces entre dos no hay despedidas y nunca las habrá. Y un día burlaran los caprichos de la cobardía y del destino.

Se encontraran y reconocerán, y sabrán que hacer aunque no piensen no saberlo ni lo hayan planeado nunca.

Atravesaran una puerta tras la cual todo lo que aprendieron no les servirá de nada

Y sin embargo harán lo correcto, lo sabrán en su corazón.

El mismo corazón que los guio hasta allí, que los reunió y los incendió en un solo fuego.

Y en un mundo donde todo se derrumba, dos seres haran el amor.

Y todos los miedos liberados por Pandora simplemente callaran un instante, pues saben que amor es amor y eso significa que la esperanza aun habita en aquella caja.

DIEGO DOBLER.

jueves, 13 de enero de 2011

HISTORIA SIMPLE

La tarde cae repentinamente cuando el otoño avanza y el invierno se va acercando.
Los hombres salen de sus trabajos con las luces de las calles encendidas a pleno, y con mayor rapidez que en las épocas de calor, se dirigen a encontrar refugio en sus hogares.

Santiago también.
En su bicicleta recorre las veinticinco cuadras que dos veces por día lo separan del trabajo. En casa lo esperan.

Ya cuando su bicicleta dobla la esquina, en su casa alguien eleva la mirada y presta toda su atención a los sonidos que le llegan. Ni siquiera hace falta que Santiago ponga su llave en la puerta para que quien lo espera sepa que es él.

Al abrir la puerta con todo el cansancio del día, con el stress, con las tensiones y alguna que otra angustia, es recibido por su amigo que no puede disimular la alegría al verlo.
Y a Santiago le cambia la cara.

Evitando ser derribado por su amigo, tratando de silenciar el escándalo de sus gritos, cierra la puerta como puede, se da media vuelta, se arrodilla y se dedica a recibir todas manifestaciones de afecto que aquel comité de bienvenida le brinda día a día y noche a noche.

Luego de la recepción, se para, y se dirige a la alacena. Saca de allí un poco de comida para su amigo y se la sirve en su plato personal.

- Bueno, ahora espera un ratito acá que yo me voy a pegar un baño.

Y Fido, su amigo, que parece entender, lo mira y se dedica a saborear su alimento.

Al salir de la ducha, Fido ya lo espera relamiéndose el hocico.

Santiago saca de la heladera su cena y la acomoda en la mesa. Algo frío y sencillo como para irse rápido a la cama y estar listo para otra jornada de trabajo mañana.

El perro observa todos los movimientos de su amo y lo sigue atentamente. Cuando Santiago se sienta a la mesa, el se instala cerca de sus piernas como si necesitara ese contacto para sentirse seguro.

Santiago lo mira y le dice:

- Ya vas a ver amigo mío, un día de estos vamos a empezar a comer algo mejor.

Fido mueve la cola como coincidiendo.

Lentamente, El éxtasis de la bienvenida y la comida en su estomago se vuelven un sedante para el animal, que va sintiendo sus parpados cada vez mas pesados. Y aunque la pierna del hombre apenas se movía, Fido, debajo de la mesa, apreciaba grandemente esa caricia casi involuntaria en los alrededores de su hocico.

Así, un nuevo día llegaba a su fin y esta particular familia, como otras tantas, encontraba uno en el otro una compañía para compartirlo.

DIEGO DOBLER

jueves, 6 de enero de 2011

EL MISMO VIENTO

El caminaba hacia el norte empujado por los primeros vientos que anunciaban el otoño.

Ella hacia el sur frenada por el mismo viento, controlando su imagen en el espejo que formaban las vidrieras

Desde lejos él, la veía venir, y simplemente la veía acercarse.

Al cruzarse atinó a decir –HOLA, COMO ESTAS?

Ella frunció su seño, con gesto de intriga y duda. Se detuvo frente a él.

El no esperaba aquello, claro.

-Disculpa, nos conocemos?

Como seguir ? La duda de todo atrevido con un día de suerte.

-Si, claro. De anoche, no fue mucho tiempo ni demasiado detallado, pero eras tú, tenías esa sonrisa. No podría confundirla.

Ella aflojo su gesto y sonrió, bajo la mirada, miro hacia el sur y mientras el viento corría su pelo hacia atrás limpiando su cara, lo miro de nuevo.

Antes de que ella diga algo él se perdió en su mirada y continuo.

-Aunque realmente nunca mi sueño podría haber igualado lo que mis ojos ven en esta realidad.

-Bueno, gracias. Que tengas buen día

Y continuó su camino hacia el sur.

El se perdió en su espalda y volvió a sentir el viento empujándolo al norte.

Y también continuo su camino, murmurando –Ya me has salvado este día.

Y el polvo de las hadas que había envuelto la escena ignorada por el resto del mundo fue dispersado por el mismo viento fresco que anunciaba la llegada del otoño, el mismo viento que empujaba a unos y frenaba a otros…………..

DIEGO DOBLER