martes, 22 de diciembre de 2009

NAVIDAD 2009

El paisaje se ha transformado inevitablemente.

Luces que parpadean histéricamente, gente que va de compras, arbolitos, Papas Noel, sidra, pan dulce y turrón.

Y hoy me pregunte dónde esta mi niño Dios.?

Cuando era chico, papa Noel no repartía por mi zona y santa claus parecía ser un sujeto que solo trabajaba para los lugares del mundo donde la caída de nieve hacia lógico su atuendo abrigado y su saludable figura.

Para mí era el niño Dios, no otro.

Hoy me doy cuenta que se lo nombra poco.

Parece que la globalización económica llego al reparto de los regalos y este gordito de rojo gano la licitación para esta parte del mundo que antes era atendida por mi niño Dios.

Mi niño Dios no necesitaba renos ni trineo, a decir verdad no se como me traía los regalos, pero eso no importaba, pues el servicio era igualmente efectivo y las cosas me llegaban.

Ni siquiera una imagen teníamos de Él, mas allá de la del pesebre, que nos explicara como hacia para traer y llevar tantas cosas, pero no hacían falta explicaciones, nosotros creíamos y eso bastaba.

Lo cierto es que papa Noel tiene mas presencia marketinera en el mercado y es más fácil de representar, cualquier sujeto puede ponerse un traje rojo, una barba y decir todo el tiempo jo jo jo, pero quien se me anima a ponerse un pañal y salir a la calle?

En fin, hoy quiero gritar bien fuerte una demanda generacional:

Nunca creí en Papa Noel ni en santa claus, quienes no sé siquiera si son la misma empresa con distintos nombres o dos empresas distintas que se dedican a lo mismo.

Yo creo en el niño Dios, Él si existe y cada año algo me ligo a pesar de que nunca creo haberme portado tan bien.

Sigo creyendo a pesar de que haya tomado a mi mama como repartidora particular para mi casa, lo cual además es lógico pues hay que darle una mano, siempre hay que ayudar a Dios.

En definitivas, hoy reivindico la figura de mi niño Dios, no solo por lo que hace en navidad, sino por lo que realiza todo el año.

Su tarea no es tan sencilla como la del gordito barbudo que solamente da la cara en navidad. Esto dicho sin animo de ofender, claro.

Aunque a estas alturas estoy pensando si papa Noel y santa claus no serán empleados de mi niño Dios para estas fechas del año, no seria raro ya que con todo el trabajo que tiene bien le viene la ayuda de experimentados repartidores. Quizá por eso no lo escucho nombrar tanto.

Bueno para terminar quiero hacer mi cartita comunitaria para navidad con un pedido original: paz, pan y trabajo. Y no importa quien traiga el paquete, si santa claus, si papa Noel, o mi niño Dios en persona, lo importante es que llegue.

Lo único que me preguntaba en silencio y con cierto temor es como nos habremos portado durante el año?. Porque para la llegada de este regalo esta respuesta es fundamental.

En fin, ojala que el niño Dios no este tan estricto y nos ilumine.

Pero ojo, a portarse bien este año porque sino el próximo no pasa eh.


Feliz navidad.

DIEGO

martes, 3 de noviembre de 2009

PRESTAME


PRESTAME TUS OJOS
LOS QUE ME VEN TRIUNFAR
LOS QUE HABLAN BIEN DE MI
LOS QUE MANTIENEN SU FE

PRESTAME TUS OJOS
QUE LOS MIOS ESTAN RESECOS
QUE UNA NUBE LOS INVADE
Y TODO QUEDA BORROSO

PRESTAME LO QUE VES DE MI
PARA QUE PUEDA YO TAMBIEN CREER
PARA QUE PUEDA APOYARME EN MI
PARA QUE SIENTA QUE PUEDO

PRESTAME TU FE EN MI
PARA ALIMENTARME DE ELLA
PARA SEGUIR ADELANTE
PARA VERME LLEGANDO A LA META

PRESTAME TU AIRE, TU LUZ, TU VOZ
PORQUE A VECES ME AHOGO
ME PIERDO
ENMUDEZCO EN MI.

PRESTAME LO QUE TENGAS
QUE PUEDA AYUDARME
QUE APENAS PUEDA MOVERME SOLO
TE LO ESTARE DEVOLVIENDO

Y PRESTAME UN MINUTO MAS
NO TE VAYAS TAN PRONTO
QUE EL ULTIMO ABRAZO ME SABIO A POCO
Y MI INVIERNO SE PONE MAS CRUDO SIN TU CALOR

DIEGO DOBLER

miércoles, 28 de octubre de 2009

CUANDO ESTE HUESPED SE PRESENTA

CUANDO ESTE HUÉSPED SE PRESENTA

Cuenta una historia, que estando el profeta Elías exiliado, comenzó a notar que su corazón se conmovía ante la presencia de la mujer que desde su llegada lo había albergado.

Se estaba enamorando.

Esto le provoco una crisis en su interior, ya que entendía que aquella situación le impediría cumplir con su misión ante Dios.

Es por ello que repetidamente le suplicaba a su Señor que le quitara aquel sentimiento de su corazón. Incluso llegaba a flagelarse buscando la forma de auto dominar sus pensamientos.

Elías insistió mucho con su plegaria:

- Llévame de regreso a la tierra de Israel, señor. –decía-. ¡Mi corazón ya esta preso en este lugar, pero mi cuerpo aun puede seguir viaje!

En ese momento apareció su ángel custodio, quien le contesto de la siguiente manera:

- El señor escucha las plegarias de los que piden para olvidar el odio. Pero esta sordo para los que quieren huir del amor.

Son muy habituales los momentos en los que queremos huir del amor o no reconocer que su existencia nos ha llegado y esta transformando nuestra realidad.

Muchas personas dicen: “yo no me enamoro mas”, “no voy a pensar mas”, “yo no quiero saber mas nada”, y un sin número mas de frases celebres que se usan para auto convencerse y huir.

Sin embargo, no sé quien nos dijo que podemos triunfar ante la llegada de este huésped muchas veces inoportuno e inesperado.

Sucede que la llegada de este visitante puede tomarnos en distintos momentos.

Con todas las habitaciones ocupadas y sin intenciones de recibir a nadie.

Con todas las habitaciones ocupadas y sin embargo seducidos por esta presencia inoportuna.

Con lugar para recibirlo pero sin ganas de darle lugar.

O, en el mejor de los casos, con lugar y ganas. Caso en el que no hay nada de que quejarse, salvo idiotas histerias.

Pero más allá de estas ejemplificaciones, (a las cuales podríamos agregarles otras tantas), y que tratan de graficar distintos estados en nuestras vidas, el hecho concreto es la llegada de este intruso llamado amor. Su presencia indiscutible.

Siempre he creído que es tan difícil revivir un sentimiento que ha muerto, como calmar un sentimiento que ha comenzado a crecer.

Autoritario, tirano, inoportuno, atemporal, imprevisto. El amor siempre actúa como una fuerza independiente de nosotros. Nos inicia un incendio que cuanto más demoramos en apagar, más difícil se vuelve de controlar.

Quizás haya situaciones en las que esta fuerza deba ser rechazada, pero me pregunto si cuando ese nuevo amor es una fuerza verdadera puede ser repelido por nuestra voluntad.

En todo caso huir no parece una buena solución. Menos aun cuando se hace por miedo o por presentir que se va a sufrir mas de lo que se va a gozar.

Porque es cierto que como dice la canción: “no se puede vivir del amor”, pero también es cierto que la vida nos enseña que sin amor tampoco es posible vivir.

Porque transitar este camino de la vida sin amor, es caminar por un campo florido con los sentidos anulados, escuchando siempre los relatos ajenos de quienes ven, huelen, gustan, oyen y sienten en todo su cuerpo lo bello y lo áspero que el paisaje pueda tener.

DIEGO DOBLER

martes, 6 de octubre de 2009

12 DE OCTUBRE

12 DE OCTUBRE

Para hacer un comentario acerca del 12 de octubre quisiera dejar de lado la palabra descubrimiento, ya que me parece demasiado parcial y por lo tanto con cierta carencia de verdad.

Si desearía incluir palabras como conquista que según el diccionario es obtener o lograr algo por medio de las armas e invasión que según la misma fuente es entrar por la fuerza a algún sitio y ejercer injustificadamente funciones ajenas.

Luego de estas pequeñas licencias que pretendo obtener me animo a exponer lo siguiente:

Cuando Colon invadió América accidentalmente, dado que su idea era llegar a las indias, encontró poblaciones de seres humanos a los que dada su desorientación geográfica antes mencionada denomino indios. Maravillado por lo que hallo, recogió toda clase de souvenirs (nativos incluidos) para llevar en su viaje de vuelta.

Inmediatamente el imperio español se puso en marcha para conquistar esas tierras a las que bendeciría con la cruz si no querían caer claro bajo la espada.

Para esto tuvo que imponer una civilización sobre otras y rescatar así de la ignorancia a pueblos como los mayas, aztecas o incas cuya ciencia aun es inexplicable para los cráneos actuales.

Por todo esto me detengo un instante y a estas alturas de la historia hace rato que miro a mis libros de primaria medio de reojo y con el seño fruncido ya que nada de lo que me contaron parece hallar eco en la realidad.

DIEGO DOBLER

miércoles, 8 de julio de 2009

COMO HARIAMOS?

¿ CÓMO HARIAMOS?

¿Cómo haríamos para espantar los fantasmas que se empeñan en nublarnos la vista?

¿Como haríamos para atraer la atención de las musas que hartas de nuestra indiferencia nos amenazan con no volver a visitarnos?

¿Cómo haríamos para resguardar la idea de que nada material podrá superar jamás el valor de las cosas simples de la vida?

¿Como haríamos para mantener vivos algunos ideales que a muchos les resultan románticos e infantiles?

¿Como haríamos para seguir creyendo en nuestros sueños y en un futuro?

¿Cómo haríamos para mantenernos parados ante cada golpe que la realidad aplica a nuestras ganas de que algún día las cosas cambien?

¿Como haríamos para mantenernos vivos entre tanta muerte?

¿Cómo haríamos para inventarnos cada día un sueño nuevo?

¿Como haríamos sin el amor y sus mensajeros?

¿Como haríamos para seguir si no existiera gente que nos rescate de nuestros naufragios y nos ponga a las orillas de una playa mansa?

¿Cómo haríamos sin aquellos que nos recuerdan que nuestro corazón aun late bajo el pecho, y que sigue bombeando la sangre que inunda nuestras venas y calienta cada centímetro de nuestro cuerpo?

¿Como haríamos sin aquellos que nos hacen olvidar por un segundo de esa sensación de ser solo un numero, solo uno mas?

¿Como haríamos sin esos besos, sin esos abrazos, sin esa piel, sin ese calor y ese sudor que rebalsa de amor los cuerpos y las almas?

¿Como haríamos sin esa canción, sin ese poema, sin esa palabra justa, sin esa compañía en silencio?

¿Cómo haríamos sin las pruebas que día a día demuestran que lo esencial es invisible a los ojos y de que hay cosas del corazón que la razón no entiende?

¿Como haríamos sin el rescate oportuno que nos salva de las vidas mercantiles y consumistas, de los chismes malintencionados y de los maltratos de los malparidos?

Nuestras vidas, nuestros sueños, nuestras pequeñas utopías, nuestros planes, nuestra paz, nuestra salud, nuestras alas, nuestra tranquilidad, nuestro animo, lo que somos y lo que quisiéramos ser, lo que podemos y lo que intentamos; Todo se pone en juego instante a instante.

Y nuestros minutos se llenan entre la huida de quienes nos tiran para abajo y el rescate de quienes nos llenan el alma, sanan nuestras heridas y recargan nuestras energías.

Somos tan frágiles y somos tan capaces de actos heroicos. Y todo depende de nuestro ser, de nuestro espíritu.

No hay caja de ahorro, no hay propiedades, no hay influencias, no hay nada, nada tan poderoso como el amor, como el contacto con seres que portan un mensaje a nuestro nombre que parece decir “no te rindas, no firmes tu dimisión, el juego no acabo”.

Podemos olvidarnos las llaves de casa o las del auto, olvidar el teléfono o el numero de clave del cajero, podemos olvidar un nombre o una dirección, olvidar la frase que ensayamos en el momento preciso en el que debíamos decirla, olvidarnos las bolsas del supermercado en la verdulería. Podemos olvidar un montón de cosas y nuestra vida no se perdería.

Pero no podemos olvidarnos de aquellos que nos rescatan cada día, que nos reconcilian con la vida, que son tan parecidos o tan distintos, aquellos que queremos conservar por mucho tiempo.

Porque si ese olvido canceroso que borra de nuestras memorias lo verdaderamente importante nos gana la batalla, ¿cómo haríamos luego para continuar creyendo que vivir vale la pena

DIEGO GERARDO DOBLER

lunes, 15 de junio de 2009

CON HUMILDAD, NO HAY DERROTA TOTAL

El tiempo de nuestras batallas perdidas existe y es aquel que transcurre desde la aceptación de la derrota hasta la recuperación de fuerzas para volver a la lucha.

A veces la idea general parece ser el levantarse enseguida y seguir adelante.

El consejo en el fondo no es malo y tiene buenas intenciones; pero personalmente, y después de haber recibido mas de una paliza, no me gusta levantarme rápido si aun estoy dolorido por los golpes.

Creo que tenemos que tomarnos un rato y ver si nuestras posibilidades han mejorado antes de volver a enfrentarnos con la dificultad. Sino somos como el boxeador que medio noqueado se levanta de la lona solo para recibir mas golpes.

Hay un tiempo

El tiempo de sentarse y calmarse, un pequeño duelo que nos ayuda a ver porque fallamos y a saber que eso no nos condena a la derrota permanente.

Para estos momentos la base es el afecto de quienes nos rodean, la preafirmación de nuestros sueños, el reconocimiento humilde de nuestras imperfecciones, el sentir que aun estamos en carrera, hacer realidad la máxima de no darnos por vencidos ni aun vencidos.

La vida tiene mas de estos momentos que de los otros y pienso que quizás la formula pase por salir vencedores de nuestras derrotas.

No aceptarla nos lleva al absurdo de creernos infalibles.

Vivir en el derrotismo es deprimente e insoportable.

Somos perfectibles y aunque sabemos que ser perfectos es una utopía, el abandonar esa búsqueda de perfección solo nos conduce a la mediocridad.

Desensillar y esperar que aclare es una frase que nos da un buen consejo; ya que salir a buscar en la noche lo que no pudimos hallar de día no parece muy recomendable.

Las derrotas enseñan a quienes quieren aprender y solo siendo vencedores en nuestras derrotas aumentaremos las posibilidades de éxito para la siguiente batalla.

Diego Dobler

miércoles, 8 de abril de 2009

Y SI FUERAS CRONICA?

Acércate,

Ya que estas aquí, te escribiré algo

A ti que no abandonas

A ti que estas en lo peores momentos

A ti que eres la musa inspiradora de los mejores versos

A ti que entras sin golpear

A ti que te escondes a veces para que crea que no estas

Pues creo que acompañas al hombre

Desde su destierro del paraíso

Y es logico que vivas en el

Pues un ser qeu ha perdido ese tesoro

Necesariamente vivirá con algo de ti en su interior

Tu que causas pena en el alma

Tu que haces brotar lagrimas amargas

Tu que sangras en heridas que creíamos cerradas

Tu que estas, tu que acompañas

Te desconocen e intentan ignorarte

Te odian y tratan de eliminarte

Y sin embargo vuelves con tus valijas de ausencias

Cargadas de miradas grises, de sonrisas perdidas, de carencias

A ti te escribo hoy para decirte

Que no dejes de visitarme de tanto en tanto

De recordarme que también existes en mi

Pues sentirte también es vivir, aunque algunos no lo crean

Tenerte en mis ojos no me nubla la vista

Porque aprendí a quererte

Porque me has acompañado y te conozco de cerca

Porque siempre estarás en mi aunque a veces desaparezcas

Porque así eres y serás siempre

mi querida tristeza

DIEGO DOBLER

lunes, 16 de marzo de 2009

ATOMIZADOS


El comportamiento social que nos caracteriza últimamente es el individualismo.


A lo sumo, un arranque colectivo puede llegar a juntarnos en alguna esquina o para cortar el paso de los autos en rutas y calles.



Nos juntamos los familiares de victimas para pedir justicia


Nos juntamos los jubilados para que no nos tiren a la basura


Nos juntamos los gays para pedir que nos acepten.


Nos juntamos los pobres para pedir que nos den.


Nos juntamos los desocupados para que nos den trabajo


Nos juntamos los trabajadores para pedir que nos paguen


Nos juntamos los contribuyentes para pedir que no aumenten


Nos juntamos los que tenemos para que no nos saquen


Nos juntamos los que no tenemos para que nos den



Y así infinidad de intereses de minorías podrían describirse.



En un momento determinado, nos juntamos.



Pero nos juntamos cuando ya nos han jodido, siempre parece que nos juntamos tarde.



Y nunca dejamos de ser minorías. Estamos atomizados, o a lo sumo colectivizados.



Este fenómeno de dispersión, favorece a los de siempre, a los que aprovechan que los que estamos en el llano nunca nos ponemos de acuerdo. Nunca vemos el fondo comun que tienen nuestras vidas variadas



Y por que será?


Es fácil, la palabra es interés.



No me interesa el reclamo de familiares de victimas, mi gente esta viva conmigo


No me interesa el reclamo del jubilado, yo no soy jubilado


No me interesa el reclamo del gay, yo no soy gay.


No me interesa el reclamo del pobre, yo no soy pobre.


No me interesa el reclamo del desocupado, yo tengo ocupación.


No me interesa lo que pide el trabajador, yo estoy bien con mi trabajo.


No me interesa lo que reclaman por los impuestos, yo mientras pueda pago.


No me interesa lo que reclaman los que tienen, a mi no me han sacado nada.


No me interesa lo que reclaman los que no tienen, yo estoy bien con lo que tengo.



Estamos enfermos de individualismo, hasta que nuestros intereses no son afectados, todo nos importa un corno. Tenemos la sensación de que a nosotros nunca podría pasarnos aquello o lo otro.



Y por que? Nos creemos tan buenos? Acaso los otros han merecido sus problemas?



No existe posibilidad de salida sin masificar los intereses.


La lucha de las minorías debe ser respetada, pero nunca será alcanzada sino se alcanzan y respetan las luchas que deben unir a las masas total del pueblo.



Y uno de ellos, creo que el primero y principal, es la lucha por la vida misma. Por el respeto a la existencia.



Ninguna lucha minoritaria por justa que sea tendrá sentido si la vida ha perdido su sentido.


En nuestros días el valor de la vida es tan relativo como subjetivo. Al que se le ocurre te mata.



Nuestro pueblo esta atomizado, individualista, absorbido por el consumismo burdo y decadente que día a día nos inunda y nos vuelve mas dependientes.



Caminamos en línea recta al canibalismo.



El ser social deberá renacer entre nosotros, la defensa de la vida es el primer paso para poder defender luego cualquier otro interés.



Si no existe el respeto por la vida misma, no levantemos otras banderas en vano, pues ninguna puede ser más básica que esta.



Sino, correremos el riesgo de ser destrozados por la realidad. Como el quijote fue derrotado por los molinos.



Reencontremos los sentidos, reencontremos el sentido de la vida.

DIEGO DOBLER

domingo, 8 de marzo de 2009

ZOO-SENSIBLE



Entre muchas sensibilidades, la que respecta a los animales en general y a nuestras mascotas en particular, es una muy importante y marcada en mi vida.



Disculpen si estas declaraciones toman un tono muy personal, no trato de imponer posturas, solo intentare describir un sentir, en este caso el mío.



En esta tarea no voy a enfrentarme a teorías científicas y racionales. Yo no tengo porque discutir racionalmente mis sentimientos. Seria absurdo hacerlo.



Por eso, aprovechando la cualidad intransigente de los sentires, me postulo algunas creencias (como dije al principio acerca de los animales en general y las mascotas en particular) y las pongo a vuestra honorable consideración:



Creo que sienten: mas allá de lo físico, creo que son capaces de sufrir muchos de nuestros dolores espirituales. ¿Acaso no extrañan, no son celosos, no esperan, no se alegran, no se entristecen?.



Creo que aman: SÍ. Después de todo no hay un solo ser humano capaz de definir con certeza al amor y sus variantes, por eso me siento con derecho a creer ciertamente que saben querer.



Creo que entienden: independientemente de nuestros métodos de adiestramiento, cuantas veces hacen cosas que jamás les hemos indicado.



Creo en ellos: ¿cómo no creer? ¿Acaso cuentan nuestros secretos? ¿Nos exigen con presiones las cosas? ¿Nos abandonan cuando les somos indiferentes? Quizás sus limitaciones naturales no les permitan hacer mas por nosotros, pero siento que son capaces de hacer todo lo que pueden y eso es lo máximo que podemos pedirle a cualquier ser.



Creo en muchas cosas mas en las que me gusta creer, en detalles diarios, en alegrías y enseñanzas que me generan.



Yo no sé si sentir estas cosas es normal para los hombres racionales, pero en definitivas uno no puede evitar sentir. Además en estas cuestiones tengo la tendencia a creer mas en lo que se siente que en explicaciones frías y calculadas.



No es mi objetivo discutir las teorías evolutivas de las especies, ni siquiera examinar electro encefalogramas para determinar si sienten, aman, sufren. No lo haría con nadie que me demostrara amor en su accionar.



Sé que el amor existe en la expresión y en la acción, las palabras adornan pero los hechos son los que cuentan al final. Entonces yo creo en el amor que los animales nos dan.



Será porque es imposible para mi no ver miradas en sus ojos, alegría en sus rabos, sonrisas en sus dientes, besos en sus lambidas, manos en sus patas, voces en sus ladridos o llantos en sus aullidos.



El hombre se dice superior y se demuestra primitivo, se dice racional pero no actúa siempre así, se dice inteligente y comete varias veces el mismo error, se dice fuerte y llena su especie de suicidios y depresión.



En fin. Yo soy de la especie humana y comparto con las demás el mismo creador. Sé que ejercemos el dominio pero no considero necesaria la tiranía, creo que si Dios creó tantas especies es porque le habrá parecido bien y no me considero nadie para mortificar innecesariamente a nuestros hermanos menores de la creación.



Soy sensible a ellos y no quisiera perder eso nunca, ya que esto me hace sentir beneficiado y en mas de una ocasión me reconcilio con la vida jugando en el suelo entre pelos, lamidas y colmillos.



Quizás alguien pueda enojarse porque pueda parecer que de alguna manera los estoy humanizando. Solo diré que no puedo disculparme por lo que siento y en segundo lugar, a como van las cosas y nuestro comportamiento como especie, si deseara humanizarlos los primeros en ofenderse deberían ser precisamente los animales.




DIEGO DOBLER

jueves, 19 de febrero de 2009

A PESAR DE TODO SER




Para aquellos que buscan un crecimiento personal, cada día esta lleno de dificultades.



Lo que ocurre es que al pretender crecer es inevitable que el individuo comience a distinguirse del resto.



Cuando hablamos de crecimiento en este caso, no estamos haciendo mención a la habitual competencia entre sujetos por alcanzar una meta determinada; lo hacemos con relación a esa superación que el individuo busca de sí mismo. Una introspección que intenta evitar los errores y acercarse mas a los sueños de realización.



Pero es lógico que no sea entendido fácilmente por la mayoría, incluso que sea juzgado ligeramente por sus conductas e ideas. Y sin duda que sus errores son criticados mas duramente que los de cualquiera.



Sucede que hay un hecho concreto: la mediocridad odia descubrir su enanismo y como no esta dispuesta a abandonar la comodidad, prefiere criticar al distinto para hacerlo flaquear en su búsqueda.



Así, si una mujer es simpática, amable, tiene buenos modales y busca realizarse, se transforma automáticamente en “una mina que anda buscando algo”; o si un sujeto es capaz de seguir sus sueños y defender sus ideales pasa a ser un bohemio, un soñador, un loco; por citar algunos ejemplos clásicos.



La mediocridad no puede permitir que alguien crezca pues eso le desnuda su raquitismo y ella odia ver lo que es, dado que además viene acompañada de la soberbia de sentirse superior y sin necesidad de aprender nada de nadie.



Por eso, aquel que quiere ser, se encuentra a diario con los comentarios mas variados y lapidarios acerca de lo que hace, dice o piensa y en mas de una ocasión lo hace cuestionarse así mismo acerca del camino que ha elegido o de la forma de ser que lo caracteriza, pues la humildad, fruto indispensable de quien quiere aprender, lo mantiene permeable a otras formas de pensar, de vivir, y es por eso que puede crecer.





Por suerte parece que hay algo místico y fatal que mantiene siempre a estos seres firmes, e irremediablemente vuelven a la lucha por la realización de los anhelos que no solo los hará felices a ellos sino a todos quienes los quieran bien.



Ser lo que uno quiere ser lleva a un proceso de crecimiento, crecer lleva a ser diferente, ser diferente es una alternativa ante la mediocridad paralítica del conformismo. Por eso llegar a ser es una responsabilidad y una lucha diaria, pero también una necesidad, un reclamo imposible de ignorar que nace del interior de ciertos individuos con oídos bien abiertos hacia afuera y hacia adentro que demuestra que algo distinto y mejor es posible de alcanzar.


DIEGO DOBLER