miércoles, 13 de abril de 2011

SIEMPRE UNA CANCION

Desde que yo recuerdo, en mi vida siempre ha habido alguna canción que describía de alguna manera el momento por el que estaba atravesando. Enamoramiento, amor, desamor, abandono, conquista, rebeldía, protesta, tristeza, festejo, etc.

La música acompaña a los hombres ancestralmente, siempre hay algún ritmo de tambores o al menos un ruido rítmico que alegre las almas desde que habitábamos los árboles o las cavernas.

Siempre una canción.

Para hundirse el puñal en el centro del corazón.

Para festejar la llegada del amor.

Una canción que nos preste alguno de sus versos para incluirlos en nuestro discurso de seducción.

O una canción que no diga nada inteligente pero tenga ese ritmo pegajoso que nos lleva a mover el esqueleto, aunque en algunos casos como en el mío, se tenga un solo hueso.

La música entra en nosotros y nos permite imaginar situaciones mas allá de la idea que haya tenido el compositor al crearla.

Escuchar música es parecido a leer un libro. Nos lleva a imaginarnos nuestro propio video clip.

Y no podemos dejar de mencionar a los lentos. El marco ideal, el fondo perfecto para una escena de amor, pasión o seducción.

Cuando un lento empieza a sonar los enamorados se buscan, se miran, se acercan y mientras se abrazan cierran sus ojos y permanecen en las nubes todo lo que dure la canción o tal vez mas si es que un beso consigue su cometido y los lleva hasta las puertas del mismísimo cielo.

Yo no sé si esto se sigue dando. He oído por ahí que ya los lentos no ocupan un lugar tan preponderante en la movida moderna de los lugares bailables.

En todo caso, no saben lo que se pierden.

Siempre he pensado que una buena canción, es un verso o una prosa llevada a su perfección. Ponerle música a una buena letra, es ponerle alas y darle cielo para que vuele.

Una canción no discrimina entre quienes tienen mas o menos, una canción es para todos los que tengan la gracia de Dios de poder escuchar.
Mientras una canción siga sonando, habrá alguien con ganas de cantar.

Mientras una canción siga sonando, una voz de protesta seguirá levantando banderas de justicia.

Mientras una canción siga sonando, una lagrima luchara contra una sonrisa.

Mientras una canción siga sonando, podremos intentar un vuelo hasta unos brazos.

Mientras una canción siga sonando, tendremos ganas de aprenderla para repetirla.

Música y canciones siempre; en la alegría y en la tristeza, para celebrar la paz o para declarar la guerra, en el amor y en el abandono, para escuchar o para bailar, para recordar eternamente una situación o una etapa de nuestra vida.

Tengo fe de que siempre habrá una canción para cantar y celebro esta certeza.

La certeza de que a un verso le crezcan esas rítmicas alas y al sumársele una melodía consiga lograr esa altura que nos permita soñar con los ojos abiertos y nos haga sentirnos vivos mas allá de que la emoción la exterioricemos por medio de una lagrima o una sonrisa; ya que en cualquier caso significa ni más ni menos que manifestación de vida.

DIEGO DOBLER

1 comentario:

  1. No hay nada mejor que una canción para recordar cada época de nuestras vidas...
    Cuando escucho Vossa Nova mi alma se entristece y me duele el estómago, no entendía por qué, si antes me gustaba... hasta que me di cuenta que esa música acompañó una etapa muy triste de mi vida que creía olvidada pero evidentemente el alma no olvida nada y revive esos días al sonar de la Vossa...

    ResponderEliminar