jueves, 10 de marzo de 2011

ESOS COMPETIDORES INCOMPETENTES

El niño caminaba con su madre por la vereda del barrio, cuando de pronto por una de las esquinas doblo un carro impulsado por un caballo. El niño observó los parches colocados a ambos lados de los ojos del animal y esto le llamo la atención.

- Mama, ¿porque tiene esos parches en los ojos el caballo?- interrogo-.
- Son para que no distraiga su mirada y vea hacia delante-contesto la madre-.
- Pero así no puede disfrutar de su paseo, ni ver las flores, ni las plantas, ni nada mas que lo que tiene delante-cuestiono el niño-.
- Tenés razón. Pero el no puede elegir. Ese es su trabajo-concluyo la madre tratando de satisfacer al niño-.

El niño quedo pensando y no pregunto más. La madre se sintió aliviada ya que el cuestionario se ponía cada vez más difícil.

El caballo se alejo y madre e hijo continuaron también su camino...........”
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Es difícil a veces encontrar nuestro camino. Pero lo que no podemos dejar de descubrir primordialmente es la forma en la que lo pensamos transitar.

En este sentido y en otros tantos uno descubre primero las formas negativas de hacerlo, y yo creo que podemos ver claramente dos que a diario se nos cruzan en el camino a través de distintos ejemplos. Una es la de no mirar nunca al costado y siempre estar pensando en llegar, con las orejeras puestas para no distraernos, sin darnos cuenta que la forma de llegar es aprender del camino. Ese es el logro, de eso se trata: de aprender.

Pero existe otro caso. Un caso que no tiene parches en los ojos. Y es el caso de aquellos que se la pasan compitiendo.

Pero aclaremos algo: uno puede competir para superarse y a través de este esfuerzo personal puede llegar a dejar atrás a otros como una consecuencia no buscada. Esta competencia no es mas que la actitud humilde de querer aprender y a través de ella la persona se va formando. La meta de esta competencia es la utopía y esto hace que uno se mantenga siempre andando y con ganas de aprender. Esta forma de encarar el camino es la que genera maestros y gente a la cual vale la pena escuchar. Es un camino hacia la sabiduría.

Sin embargo existe otra competencia que podríamos denominar negativa. Esta forma de andar por la vida hace que las personas estén siempre en función de parecer o ser mas que los demás. Superar a otro no es una consecuencia, sino la causa fundamental de sus actitudes.

Es una forma soberbia de encarar el camino mirando hacia afuera pero con los oídos cerrados al aprendizaje. Solo escuchando al otro para ver en que se puede equivocar, para ver como puedo superarlo o como puedo contradecirlo.

Esto desnuda una falta de sueños propios. Siempre estoy tratando de ser mejor que alguien. Mi crecimiento depende de que alguien me genere esa sensación tan poco grata como es la envidia y a través de este motor crecer. Pero claro, este es un crecimiento artificial ya que no nace de mí, ni de mis inquietudes; sino de ese celo por superar a otro.

La falta de humildad y hasta un cierto temor de que alguien sepa mas que ellos o se destaque mas, es la triste motivación de estos individuos.

Los finales de estas historias son la prueba más elocuente de quienes se han equivocado en sus actitudes.

Quien no busca competir en forma consciente, sino que busca su crecimiento con humildad, se asegura un camino de inagotables aprendizajes y además no tardara en alcanzar niveles de sabiduría que lo volverán referente para otros que quieran aprender. Enseñara aunque sea en forma involuntaria pues a través de su accionar otros podrán ver cual es el camino.

Sin embargo quien solo ha pasado su vida compitiendo con los demás, esta condenado a un camino trunco y lleno de insatisfacciones. Su soberbia se agudizara en la madurez y nadie querrá aprender nada de alguien insatisfecho. No será referente de nada, solo de lo que no se desea ser.

A los seres humanos no nos ponen orejeras de nacimiento. Podemos ver el camino a lo largo y a lo ancho y eso es una fortuna y una responsabilidad.

Debemos ir aprendiendo de cada cosa y de cada persona que se nos cruza en el camino pero sin olvidar que la meta esta mas allá de esas circunstancias y que jamás se llega a nada si solo nos basamos en ser mas que otros.
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“......al volver a su casa el niño encontró a su abuelo en el patio, sentado en su sillón y dando una imagen de paz como suelen darla algunos ancianos.
El niño se acerco y después de abrazarlo y besarlo le dijo:

- Abuelo, ¿vos sabes tantas cosas porque nunca te pusieron orejeras?.

El viejo lleno su cara con una mezcla de emociones y sus ojos brillaron. Sonriendo le dijo:

- Te parece que sé tanto che? No creas he. Mira como será que recién ahora estoy aprendiendo a ser abuelo, y eso gracias a vos.......”

DIEGO DOBLER

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